INTRODUCCIÓN
Para hacer jabón lo único que necesitamos es un ácido (las grasas y aceites) y una base (sosa cáustica + agua). Cuando mezclamos los aceites con la sosa disuelta en agua, estas reaccionan químicamente para producir jabón y glicerina. A este proceso se le llama saponificación. Para que la saponificación sea completa y el jabón pueda utilizarse es necesario dejarlo reposar por un periodo no inferior a 4 semanas, en este periodo que llamamos curado o secado el jabón obtendrá su forma y color definitivo.
ACEITE + SOSA= JABÓN
UTENSILIOS E INSTRUCCIONES
Para realizar jabón necesitaremos los siguientes materiales:
Una cacerola grande (nunca de aluminio, ya que reaccionaría con la sosa) y otra más pequeña que quepa en el interior de la grande para preparaciones al baño maría.
Batidora eléctrica
Cucharas de madera
Cuchillo
Balanza (para gramos)
Recipientes variados para mezclas (mejor tipo pirex)
Moldes de plástico, cartón, látex
Termómetro de 100º
Guantes para protegernos.
Hornillo eléctrico y microondas.
Rallador de cocina
Antes de empezar a elaborar el jabón, deberemos preparar nuestra área de trabajo siguiendo los siguientes pasos:
Elegir la receta que vamos a realizar.
Preparar los ingredientes necesarios para esa receta.
Ponernos los guantes.
Pesar por separado el agua y la sosa. En un lugar bien ventilado y con mucha precaución, para que no salpique, vertemos la SOSA EN EL AGUA, en un recipiente de vidrio, esto es muy importante, ya que se lo hiciéramos al contrario (agua en la sosa) puede producirse una pequeña explosión y salpicarnos. Remover hasta que quede totalmente disuelta la sosa, en ese momento se va a producir una reacción química que se traduce en calor que puede alcanzar hasta los 90º. Hay que tener precaución para no inhalar los vapores que emanan ya que son tóxicos. Dejar enfriar esta preparación hasta que baje entre 40-60º.
Mientras la sosa se enfría, pesar por separado el resto de los aceites, mantecas y ceras. Poner todos estos ingredientes en un recipiente metálico o de vidrio y en caso de que nuestra fórmula lleve aceites sólidos, mantecas o ceras, calentar al baño maría hasta que se derritan.
Una vez derretidas, el siguiente paso es añadir la preparación de sosa+agua que teníamos previamente preparada y remover con una cuchara de madera, veremos que queda una mezcla bastante líquida, es el momento de empezar a batir con la batidora eléctrica, depende de los aceites y la temperatura a la que estuvieran tardaremos más en obtener una mayor consistencia. Sabremos que el jabón está listo cuando lleguemos a la TRAZA, esto se puede comprobar haciendo gotear un poco de la mezcla sobre el resto, cuando veamos que deja marca o surco, nuestro jabón estaría listo. No hay que dejar que espese mucho, pues a la hora de ponerlo en el molde podríamos tener problemas.
El momento de la traza será el elegido para poner los aditivos y colores al jabón (aloe vera, arcillas, ralladura frutas, avena…). Removemos hasta que quede todo bien mezclado.
El siguiente paso será verterlo en un molde grande, para, posteriormente cortarlo en pastillas, o en moldes individuales.
Una vez en el molde debemos “abrigar” el jabón, es decir taparlo con una manta, esto favorece el proceso de saponificación y evita que al jabón le salga una especie de ceniza, que, aunque inofensiva para la piel es antiestética en el jabón.
Dejarlo tapado durante un periodo de 24 a 48h, durante este tiempo el jabón entrará en un estado que llamamos GELIFICACIÓN, es decir, se vuelve casi trasparente, llegando a alcanzar una temperatura de 90º.
Transcurrido las 24-48h, lo sacamos del molde y procedemos a cortarlo en pastillas (hay que seguir usando guantes, ya que el proceso de saponificación no está completado y puede dañar nuestras manos), que pondremos a secar durante un mínimo de 4 semanas en un lugar fresco y seco. Es recomendable darles la vuelta de vez en cuando para que el secado sea uniforme. Durante el periodo de secado el jabón adquirirá su forma definitiva, ya que al perder agua siempre encoge un poco.
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